sábado, 5 de abril de 2014

Todos hemos tenido momentos de decir: "Yo quiero, yo quiero, yo quiero"

Y es que desde pequeños hemos vivido eso, mientras aprendemos a compartir. Cuando digo QUIERO y tengo apegos, usualmente no me llega aquello que "quisiera". Por que? porque experimentamos una sensación de carencia. Esto causa mucho sufrimiento y mantiene la mente ocupada en querer eso que pienso.

Cuando me cierro, la abundancia no llega a mi y nuestra mente nos dice: quiero, quiero, quiero sin darnos cuenta de lo que ya tenemos. Eso nos genera un estado de insatisfacción constante, frustrándonos.

¿ Y qué hacemos con el apego y el deseo?

Ten presente la sabiduría de la igualdad Cuando eres igual con el universo todo lo que necesitas te llega...y aprendemos a desarrollar el desapego.

Cuando yo tengo algo lo comparto y todo el universo lo va a compartir conmigo.
Dile a la vida: Lo que me traigas será una maravilla y lo acepto, será una sorpresa y me encanta. Tráeme una sorpresa

Evoluciona! se como un niño! vive con la sorpresa...

Adaptate a la vida! La vida te da lo que requieres, visualiza que llegará lo que necesites.


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