miércoles, 28 de enero de 2015

Una profesora del Máster médico en Acupuntura nos decía lo siguiente: "Las palabras, la escucha son esenciales en la terapia"

Y es que como profesionales de la salud nos acostumbramos a las prisas, a ver pacientes cada 15 minutos sin tener realmente el tiempo para conocer a quien viene a consultarnos en búsqueda de apoyo, consuelo y cuidado.

Esa, tal vez fue una de las razones más importantes por las cuales decidí buscar otros caminos en la práctica médica. No significa esto abandonar mi origen, aquello que me hace un profesional médico clásico; pero empecé a descubrir que existían herramientas maravillosas para apoyar a nuestros pacientes, algunas con más artículos publicados que otras, sin embargo con una riqueza de conocimientos, muchos milenarios y ancestrales.

En todos estos campos existe un común denominador: el lenguaje, la escucha, la palabra.

Hace poco conversaba con una amiga y paciente quien me contaba una experiencia en el hospital, donde para hacerle un procedimiento,no hubo ni explicación previa y mucho menos preguntarle si estaba de acuerdo.

Y es que asumimos que los pacientes conocen o más bien muchos ni preguntan por temor, vergüenza o para evitar discusiones.

El paciente tiene derechos y deberes así como los tenemos los profesionales que les atendemos. El derecho a la comunicación, a conocer lo que le está ocurriendo, a preguntar y tener respuestas sensatas. No podemos escudarnos en "el tiempo", aquel que siempre nos hace falta, que no nos alcanza ni siquiera para nosotros mismos.

El paciente tiene derecho a expresar sus sentimientos, sus emociones, incluso cuando no tengamos respuesta a ellos.

"El paciente tiene derecho a conservar su individualidad y a no ser juzgado por sus decisiones, aunque sean contrarias a las creencias de otros."


La escucha desde el corazón, la comprensión amorosa 
al paciente son cualidades que se cultivan....

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